Color Carmesí
Y todo pasó,
entre un desfile de musas
que bailaban entre cenizas
de ese fuego imaginario
que ardía detrás del cristal.
El momento para el amor,
el roce de dos cuerpos
expuestos al tacto
construyendo la pasión
con tus manos sobre mi pecho.
Y todo paso,
entre las pinceladas de Picasso
matizando de color nuestro espacio
acogiendo los susurros de nuestras almas.
La penumbra perfecta para el amor,
reflejada suavemente
sobre nuestros cuerpos
de luz incandescente.
El incienso, tu aroma y mi aroma
la magia de lo tenue
la verdad nunca antes dicha
la esperanza de imaginar
tan sólo imaginar.
La verdad, no ha pasado nada
es producto de mi imaginación
es mi apetito de querer devorarte
con una mirada cálida y fugaz
es el deseo de tenerte dentro de mí
es un suspiro del incienso que no fue
es el respiro de tu piel sobre mi aroma
es un intento de quererte y seguirte queriendo.
Lo que pasó, no ha pasado aún,
el recuerdo persiste
el sentimiento fluye
la espiritualidad de nuestro amor
nunca pasará.
Danika
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Círculo cerrado |
Aunque las mujeres de hoy
no lo crean necesario
siempre hay círculos abiertos que
es necesario cerrar.
Es uno de aquellos ritos que solían
existir entre hombres y mujeres.
Si el círculo andaba por ahí
distraído
se le llamaba a la mesa
y la mujer decía al hombre con suma gravedad
Mi amor, ya no lo quiero.
Si el hombre tenía la fortuna
de tener a mano un buen ron
ante tremenda aseveración
necesita el sabor
de la caoba
el palo blanco
los guayabos en flor
para soportar tan tremendo dolor.
Y luego que todo el licor
inundaba su boca con el sabor de los maderos.
También solía decir en tono grave
aunque no era cierto:
Yo tampoco te quiero, mi amor.
Y el círculo abierto infinito
inocente que anda por ahí distraído
eterno,
desde ese momento se convertía en
un círculo cerrado.