Los textos de Pablo: octubre 2009

¿Para qué?

Fragmento Capítulo 93, Rayuela Julio Cortázar

Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un puente sostenido de un solo lado, y no me mires con esos ojos de pájaro, para vos la operación de] amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero. Claro que te curarás, porque vivís en la salud, después de mí será cualquier otro, eso se cambia como los corpiños. Tan triste oyendo al cínico Horacio que quiere un amor pasaporte, amor pasamontañas, amor llave, amor revólver, amor que le dé los mil ojos de Argos, la ubicuidad, el silencio desde donde la música es posible, la raíz desde donde se podría empezar a tejer una lengua.

Círculo Cerrado

Aunque las mujeres de hoy
no lo crean necesario
siempre hay círculos abiertos que
es necesario cerrar.
Es uno de aquellos ritos que solían
existir entre hombres y mujeres.
Si el círculo andaba por ahí
distraído
se le llamaba a la mesa
y la mujer decía al hombre con suma gravedad
Mi amor, ya no lo quiero.

Si el hombre tenía la fortuna
de tener a mano un buen ron
ante tremenda aseveración
necesita el sabor
de la caoba
el palo blanco
los guayabos en flor
para soportar tan tremendo dolor.

Y luego que todo el licor
inundaba su boca con el sabor de los maderos.
También solía decir en tono grave
aunque no era cierto:
Yo tampoco te quiero, mi amor.

Y el círculo abierto infinito
inocente que anda por ahí distraído
eterno,
desde ese momento se convertía en
un círculo cerrado.

Asunción de versos desnudos en lo Obscuro

PROLOGO Escatológico y pagano, este hombre no se anda con rodeos en la poesía. Sin acudir a rebuscados formalismos estéticos, imprime en sus versos la verdad de la vida, desnuda, sin pudor alguno, sin la doble moral que acompaña siempre a algunos poetas (hembras y machos, hombres y mujeres). Date la vuelta/ que después de hacer el sexo contigo/ quiero abrazarte la espalda/ para hacerte el amor. Con estos punzantes versos comienza advirtiendo que no es lo mismo hacer el amor, según se colige, va más allá del sexo, más allá de la carne pulverizada por el placer. Hacer el amor, sin más rodeos, es acariciar el mapa aún humeante de la pareja, es penetrar en los más escondidos resquicios de su vegetación. Y prosigue el poeta: Andan diciendo por ahí/ que somos sólo seres sexuales/ que queremos penetrar vulvas... /todo es mentira también amamos. Nada más cierto en una persona que no sólo valora el placer por el placer, sino por el contrario, trasunta el placer y se remonta a los desconocidos parajes del amor. El amor que duele, el amor que ama, el amor que recompensa, el amor que traiciona, el que se sacrifica, el que juega, el que sueña y el que a veces aniquila. Con demoledoras estructuras del lenguaje, transmite un verbo vital en su palabra. No inventa, no esconde, sólo muestra sus emociones; se deja llevar a ritmo lento por el arroyo erótico de sus versos: Parafraseando en mi interior/ una mujer desnuda por la noche/ es sólo una niña que siguiendo el la luz de otro cuerpo/ se quiere calentar. Finalmente, se revela en su condición humana (no de macho), cuando acepta resignadamente que: Al hombre también lo engañan/ lo sacan de la inocencia/ también pierde/ también llora/ también extraña/ también lo usan/ también lo tocan/ y por último se desnuda como cualquier mujer. No pedí permiso para revelar su verdadero nombre, por lo que me referiré a él como Pablo Moraga. No obstante, diré que poca semejanza guarda su poesía con sus características físicas y su perfirl psicológico. Quizá por ello se revele contra su yo externo y sus valores judeo-cristianos que le fueron inculcados desde los tiempos de infante en colegios católicos. En cierta forma su poesía es un ¡basta ya! a la doble moral que otros viven. Su propuesta estética deberá ser admitida para su discusión y uso por otros poetas que andan por allí, inventando el agua azucarada, enredados en los intrincados tinglados de la connotación y la ambigüedad. Carlos Interiano

Poema 17

Dejo caer toda mi melancolía
por esta terrible soledad
tu ausencia tiene que ver mucho contigo y conmigo
es como si nos amaramos
y luego nos odiaramos
para después volvernos a amar
pero este silencio es falso e hipócrita
esos pequeños instantes en que mi ser se bifurca del tuyo
solo sirven para unirnos después
más adelante
entonces ese volver a encontrarnos
es una batalla de mil besos en la almohada
de flores en la boca
que luego provoca otros besos que yo deseo
que bajen por tu pecho
hasta tu fruta madura

El Aleph

Es la casa donde está viva la historia
de los seres que la habitan
y que la han habitado,
de los que han pasado tan sólo una noche
o varias.

Pero más que una casa, es como
el universo de Borges, un juego donde
en cada rincón está lo lúdico,
lo bello,
lo hermoso,
lo cotidiano,
lo onírico,
lo extraordinario,
los colores
y lo rutinario,
hasta llegar a lo pueril.

Es como diría Carlos Velásquez,
la confluencia de todos los puntos del universo,
de nuestros universos
donde los niños verán un circo,
los blehmios un café literario,
más de alguien "su lugar"
y más de alguno creerá que somos locos.
Pero no.

"Será el lugar desde donde se podrán ver
todas las cosas,
todos los hechos,
todas las personas".
Todos los tiempos.

Esta casa es la reducción de lo absurdo.

Las Drogas

Supongamos que tú ve un póster
pegado en la pared de un baño.
Hay un globo rojo (tu cabeza)
una mano (ese sos vos)
y un alfiler (la droga)
Entonces podes empezar a escoger:
Marihuana,
Heroína,
La política en la U.,
Cocaína,
Extasis,
Popper
y hasta crack.
Pero yo no escogería ninguna de éstas.

La literatura es la más enervante de todas.
Te atrapa,
te crea tolerancia,
extiende su red;
pero nunca
te podrás curar.
Es tan así que no existen centros de desintoxicación
para esta droga.
Por eso, me gusta ser un drogo.

Los textos de Pablo

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¿Para qué?

Fragmento Capítulo 93, Rayuela Julio Cortázar

Fragmento Asunción de tí, Mario Benedetti

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Asunción de versos desnudos en lo Obscuro

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Poema 18

Poema 19

Poema 20

Poema 21

Contraportada

Muy Intimo

Que no quede

Cuando pienso en usted

Quiero habitar la luna

Deme el último beso

La osadía de un beso

Me mira

Definitivamente estamos arriba

Quiero

Nunca creí que fuera necesario escribir sobre él...

Déjame sueltas las manos

Poemas del Retrete

El Aleph

El retrete

La vida se mira desde aquí

Las Drogas

Nota del Autor

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